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En la época en la que España estaba hundida en el absolutismo, gracias a un rey llamado "el desado" Rafael de Riego estuvo al frente de un pronunciamiento liberal en Cabezas de San Juan (Cádiz) el 1 de Enero de 1820. El ejército se encontraba acantonado en esta localidad para marchar hacia América.
El teniente coronel Riego poniéndose al frente del contingente, proclamó la Constitución de 1812 (la Pepa), que tanto trabajo costó realizar en su momento.
La situación que se produjo después, resulta dificil de creer, ya que las tropas revolucionarias y las del gobierno evitan los encuentros y la población va quedando indiferente: no toma parte de ninguno de los bandos
Riego entendió esto como el fallo que los iba a conducir al fracaso del movimiento revolucionario y decide comenzar un recorrido por Andalucía para proclamar la Constitución por las diferentes poblaciones que se encuantra al paso. Aún con esto, Riego creía que todo estaba perdido porque el levantamiento estaba disgregándose. Pero entonces se dio un movimiento revolucionario en la Coruña que se extendió al resto de Galicia y por todo el país.
Estos sucesos hicieron que Fernando VII enviara en marzo al conde de la Bisbal para intentar detener a Riego, pero este se sublevó también el 4 de marzo.
A los pocos días se conoce la noticia en Madrid y provoca manifestaciones ante el Palacio Real; Fernado VII hace otro intento para sofocar la revolución e intenta enviar al General Ballesteros, pero este se niega.
Así fue como el 8 de marzo Fernado VII, rey absolutista, se vio obligado a jurar la Constitución de 1812.
El 10 de Marzo se publicó el famoso manifiesto fernandino. Este es su final: " Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional".
Mentira.
Fernado VII pasó tres años muy malos, pero pidió ayuda a la Santa Alianza, encargada de mantener el orden absoluto gracias al Congreso de Viena. En 1823 acabó este período, cuando la Santa Alianza envió a España a los 100.000 hijos de San Luis, al mando del Duque de Angulema.
Así fue como le dieron otros 10 años de absoluto gobierno a Fernado VII: La decada Ominosa (1823-1833). Ya se encargó él de castigar a todos los que se oponían y de anular todo lo que le molestaba.